17 de Junio de 2024
Según el Código de Infancia y Adolescencia es obligatorio que en el caso de que un padre desee viajar al extranjero con su hijo menor de edad o tenga la intención de permanecer en el extranjero con su hijo, el padre que no viaja debe concederle un permiso expreso para que efectivamente pueda abandonar el país.
Pero ¿Qué pasa si el viaje a realizarse es dentro del país? O ¿Cuándo hay cambio de residencia de ciudad dentro del país?
La norma habla de manera literal, solo del caso específico, en el que se supone la migración al extranjero de un menor de edad, ya sea solo o acompañado por uno de sus padres. Por lo tanto, interpretamos que dicho permiso no es necesario en los demás casos, puesto que se habría hecho el mismo hincapié que se tuvo con los anteriores supuestos.
Hay que entender que lo mejor para el menor de edad es que sus padres mantengan constante comunicación en buenos términos, llegando así a concesiones a la hora de tomar decisiones respecto de su vida y la de su hijo en común, de tal manera que el niño, niña o adolescente resulte lo menos perjudicado posible.
Si uno de los padres desea realizar un viaje alrededor del país, ya sea intermunicipal o interdepartamental, con su hijo, no es necesario que el padre que no viaja otorgue un permiso con todas las rigurosidades necesarias mencionadas en la ley para el abandono del país.
De igual forma es necesario comunicárselo al padre que en dicho momento no está a cargo de los cuidados personales del menor de edad y llegar a un acuerdo para la realización del viaje, pues si esto no se hace puede que se malinterpreten las acciones y se termine incurriendo en un ejercicio arbitrario de la custodia, tipificado como delito o en caso de que no se le informe al otro padre la nueva dirección del hijo, podría también configurarse el delito de secuestro parental.
Para evitar problemas innecesarios lo mejor es tener en cuenta lo siguiente:
Obtener el consentimiento expreso: Pese a que no es necesario el permiso con todas las rigurosidades como ya se mencionó, siempre es mejor hablar del plan de viaje o residencia entre los progenitores llegando a un acuerdo que pueda incluso ser incluido en un acta de conciliación.
Avisar con días de anticipación: Si no se formaliza un acuerdo entre los padres, por lo menos es de esperar que el viaje sea comunicado, dando aviso al padre que no viaja para que este no quede en estado de confusión y termine malinterpretando la situación como ya se mencionó.
Considerar la distancia de la nueva ubicación: La distancia de la nueva residencia o del lugar donde se planee vacacionar puede determinar la interpretación de las intenciones del padre que tiene a su cuidado al niño o niña, de tal forma que lleve al entendimiento de que el menor no se encuentra en un medio seguro. También se puede llegar a ver como una forma de forzar la separación entre el menor de edad y el padre que no está con él.
Justificación de “buena fe” de la mudanza: Si la intención es cambiar el lugar de residencia, el padre que toma esta decisión debe justificar la razón detrás de esta acción, pues la calidad de vida del menor no se puede ver afectada, por lo que se debe conservar una estabilidad de escolaridad, emocional y social.
Elaborar y respetar el calendario de visitas: El padre que se desplaza con el menor de edad debe respetar el calendario de visitas, donde incluya horas y lugares de visita con el otro padre sin la custodia física en el nuevo lugar; también debe respetar el derecho a las visitas durante los fines de semana, los días festivos importantes, como Navidad, día del padre y de la madre y las vacaciones.
Costos de traslados y otros gastos: Es importante llegar a consensos sobre una división a partes iguales de los gastos de traslados para las visitas o las necesidades del niño durante el viaje.
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Directora Ejecutiva.